Casa de cristal
Traté de imaginarme una y mil veces cuál sería la solución a todos mis problemas. Aprender a carcajearme desde un principio hubiera sido ideal, pero no, aquí voy, escribo una historia, intento captar el aire argentino y las cosas se inflan más de lo debido, tuvo que venir el mismo aire a sacarme el gas por el ombligo. Jajaja y pensar que el gas no tiene potencia en mi casa y esta es una casa encerrada en una caja de cristal, bendito enredo, aunado a eso, soy mujer y la historia debe sonar a hombre. Chingada madre. Aquí vamos: En numerosas ocasiones intenté aislarme del mundo, primero fue enamorarme de la mujer menos indicada, luego casarme; mi esposa prohibió terminantemente cruzar trato con mi familia. Al fin tendría el mejor de los pretextos para no ver a mis hermanas, hermanos, sobrinos, sobre todo a mi madre. El culpable no era yo, sería mi mujer. Cuán afortunado fui los primeros tres años, mis domingos se transformaron, ya no estaría obligado a desayunar el horrendo menudo ...