Feminismo humeante

La tercera ola feminista reza que las diversidades femeninas, el multiculturalismo, la solidaridad adquiere atención especial, sucede en los años ochenta. La cuarta ola feminista sucede hoy; entre los absurdos presidenciales, la catastrófica diferencia de clases sociales y el racismo en México; el horror perpetrado, y el despertar del ciudadano de a pie, no así de la clase política que se aferra a roncar y sostener sofismas haciendo   gala del  despliegue teatral. Rosario Robles observa lo que obviamente lleva puesto en sus ojos, la envidia, según su perspectiva los mexicanos nos contamos el relato del flojo, solitario, deseamos lo que Angélica Rivera tiene, fama y fortuna. 
Al parecer Rosario Robles una de las primeras mujeres activas de la política mexicana, se quedó mal atorada en el feminismo de la tercera ola “lo personal es político”  aseguran; ya en la tercera ola lo personal debe salir a la luz pública y debe aplicar para cada circustancia que atañe a la mujer. 
La Sra Angélica Rivera, hizo del dominio público una declaración sobre sus casas, declaración saturada de parpadeos, contradicciones y rabietas  adolescentes. ¿hasta cuándo los gobernados  necesitaremos primeras damas o secretarias de desarrollo social que defiendan la falsedad? . No estoy en contra del feminismo que pretende enarbolar Rosario Robles;  las mujeres en México tenemos debates que enfrentar, no es eso lo que incomoda y me hace saltar del asiento cuando leo la nota donde defiende   y nos tacha de envidioso; lo que impresiona es la impresición, el discurso retorcido de Rosario Robles y la justificación tras la declaracion “en el ámbito político a las mujeres se les ataca no por sus decisiones políticas, sino por sus determinaciones personales. Me ha tocado enfrentar ataques... por mis relaciones privadas” (La Jornada).  Rosario Robles no comprende que México y el mundo ya cambiaron, ignora la cuarta ola feminista que camina al paso acelerado de la información propagada por  medios alternativos que descubre la verdad de los asuntos personales y da peso a la congruencia con lo público, en una palabra la cuarta ola feminista vive como predica. Se acabaron las falsas, se terminaron las eternas verborreas de odio hacia el género masculino, el manifiesto BITCH pasa a ser un documento para la historia. La cuarta ola del feminismo consciente no humeante, la conforman tanto hombres (quienes cooperan) como mujeres, promulga el cese de la guerra entre géneros e invita a la sociedad en su totalidad a comprometerse por la igualdad y la justicia. El feminismo sigue vigente porque la realidad nos dice que es importante hacer cumplir la  ley de igualdad de género y erradicar de nuestros sistemas las desventajas del patriarcado tan embonado en la psique femenina. 
En la cuarta ola participan las consciencia avanzadas. Jesús Armando Molina nuestro cuenta cuentos y escritor local dice y demuestra haber internalizado el feminismo al sugerir que todos seamos feministas.  La cuarta ola no  defiende lo absurdo, es desnuda, transparente y su objetivo es avanzar, crear consciencia, dar la cara entre el respeto y la autocrítica. Mujeres como Rosario Robles empañan al feminismo con semejantes declaraciones, defendiendo lo indefendible. Los mexicanos no reclamamos ni estamos inconformes por la belleza y “éxito” económico y profesional de la actriz, no; el asunto es que la fantasía novelera ya no nos maneja, el asunto es que cualquier mujer con y sin educación académica se ofende al escuchar la versión actuada sobre la casa blanca. Las mexicanas queremos que la región de la ficción se quede en el libreto de la imaginación de presidente y su Gaviota, queremos que terminen su ventajosa manipulación; escuchar la simpatía  de Rosario Robles hacia Angélica Rivera, la lleva inmediatamente a lo que dijo Juan Villoro de Enrique Peña Nieto, a estar atrapada en el guión de telenovela; “promete mucho y se celebra mucho a sí mismo”. Entonces Rosario Robles sufre del delirio en el espejo, piensa que envidiamos a la Gaviota, ¿envidiar qué? la frivolidad con la que se conduce, la actuación, la mentira, la ignorancia.  La mujer mexicana  está cuestionando  a la actriz-primera dama aunque para muchas es la última, la cuestiona porque en las declaraciones las cuentas no cuadran, porque su casa blanca multicolor por dentro habla de una desigualdad social perversa y payasada interna, habla de las otras mujeres esposas de los ex presidentes  otrora idealizadas por la mayoría, habla de la podredumbre deli-gobierno en la que está sumido el país; las mujeres y los hombres la atacan le lanzan letras letales porque el fin del culebrón ha llegado  y  el o la que defiende la versión ilusoria  tiene mucho  humo que limpiar en su espejo; continuará encerrada es su propia opresión y ni la séptima ola la podrá salvar.

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