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Liana

Soñé que moría. Leí varios libros antes de perecer, mis ojos se escabullían entre las páginas y las canciones de Amalia, la cantante famosa, la que hablaba del machismo, de los cholos, de la bisexualidad y del amor. Soñé que enviaba invitaciones a quienes se cruzaban en mi vida, eran llamados a presentaciones de libros, buenos libros, música que vibraba con transformaciones mexicanas, mesas creativas y ceremonias de Ayahuasca. En eso giraba la vida de Liana. Liana era yo, era ella, éramos nosotros, ellos también. Afuera, la controversia seguía. Los chamanes, facilitadores, sanadores y curanderos se repartían el motín, pero no todos, claro. La guerra había infestado la tierra, y los de la selva tampoco se salvaron. Liana seguía siendo yo, ella, ellos, nosotros. Primero llegó el letargo, el tedio de anhelar la muerte, y en un susurro, dije que ya no había nada para mí en este mundo. Liana sentía algo extraño, vomitaba los esquemas implantados, esquemas sin raíces. Vomitaba religión, mat...

Primer Encuentro Municipal de Escritores Ciudad Juárez 2013.

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Del canal de la escritora Consuelo Saenz.  Una cultura nace cuando un alma grande despierta de su estado primario y se desprende del eterno infantilismo humano; cuando una forma surge de lo informe; cuando algo limitado y efímero emerge de lo ilimitado y perdurable. Florece entonces sobre el suelo de una comarca, a la cual permanece adherida como una planta. Una cultura muere, cuando esa alma ha realizado la suma de sus posibilidades, en forma de pueblos, lenguas, dogmas, artes, Estados, ciencias, y torna a sumergirse en la espiritualidad primitiva. Pero su existencia vivaz, esa serie de grandes épocas, cuyo riguroso diseño señala el progresivo cumplimiento de su destino, es una lucha íntima, profunda, apasionada, por afirmar la idea contra las potencias del caos en lo exterior y contra la inconsciencia interior a donde han ido éstas a refugiarse coléricas. OSWALD SPENGLER La decadencia de Occidente LA MUJER DORMIDA DEBE DAR A LUZ. ...

Comentario de Andrés Muro sobre la novela Mujeres cósmicas.

Andres Muro  (filósofo y pintor) El siguiente comentario sobre  Mujeres Cósmicas de Hilda Sotelo se enfoca en tres aspectos. El primero es el aspecto filosófico. El segundo aspecto es el contenido del libro. Finalmente se trata la forma de la escritura. En la actualidad vivimos en un mundo de violencia que se caracteriza en gran parte del rechazo y el temor a lo que consideramos extraño, ajeno, “otro”. Nos cerramos al otro por medio de leyes, fronteras, barreras. Rechazamos lo desigual y diferente y le damos una clasificación con connotaciones negativas. Utilizamos la fuerza bruta para mantener al otro, al extraño, al desconocido lejos, o por forzarlo a que sea igual a nosotros. No nos damos cuenta que la diferencia es la que nos da identidad y es en la diferencia en que adquirimos vida. Que nos reconocemos.             El arte es un mecanismo que puede facilitar la consideración, el respeto, la aceptació...

La necesidad de fantasear y la bella amistad.

Hace algunos años conocí a Susana Chávez en la calle Constitución e Ignacio Mejía; mis amigos y yo solíamos departir en la vida nocturna de la Ciudad, nos encantaba la  noche, sus personajes, olores, sabores y aventuras. Entonces, no considerábamos la idea de personajes porque ni ellos ni yo sospechábamos sobre mis dotes literarios como ya lo era Susana Chávez. Cruzábamos la iglesia a las 12 de la noche, fue en el año 1998 o 9. Previo, antes al Del Río, compramos hielo y agua, ¿para qué? no sabíamos, otrora nos dejábamos llevar por la fiesta, y el fuego que el corazón dictara. Salimos del antro llamado Madelón sobre la calle Mariscal, nuestro lugar favorito. El conductor, se detuvo en el semáforo y dijo - y estos picudos qué quieren con gabardina y todo-. Era su costumbre no guardar ni el más mínimo de su pensamiento - hey ¿a dónde van?-. Una joven morena de rostro familiar se aproximó al auto, - estamos buscando hielo y aguas- - ah mira, nosotros estamos bu...

Inspirada en El bosque de los espejos diluídos de Florencia Giménez Levit

Intentamos liberarnos en los reflejos y al tanto construimos castillos y mansiones en el aire. Nos prendamos de los bichos mudos, la libélula prometía hacer y deshacer caprichos; corrimos descalzas sin descanso, abrazmos el tallo de los árboles y al voltear la vista hacia arriba las ramas se habían secado, descubrimos la hermosura en la muerte y la realidad al amar los soplos que son alientos pausados en la espera de la vida. ¿Había vida en el derrumbe?. El amor pronto será museo construido por el bosque en domingo. El día siete los manantiales despertarán, y el arcoriris vendrá a recordarnos que no habrá más destrucción ni cuentos enfermizos que han logrado vaciar nuestras almas. El olvido también será ilusión y la caída arañará la memoria persistente y la inventiva del amor. -Es el futuro fatuo entre organismos palpitantes de gloria los que merecen ser vistos y opacar la luz-. Nos escuché sin liberarme, sus sueños alcanzaron los míos y enredaron mi cuello entre lujosas ...

Sombra parcial

He decidido liberarte, querida sombra. No porque el sol haya tenido la gran capacidad de difuminarte, no porque no me hayas servido para conocer las tumultuosas voces de mi pasado, no te dejo ir por voluntad que esa se forja en la recóndita memoria; la razón de mi despedida es sencilla, simple, no recuerdo tu contorno,  y a la dimensión donde habito, tú, ya no llegas. A veces te extraño, anhelo tenerte a mi lado, sexo bandido, ideas cruzadas. Te lo mereces por abandonarme. Ahora te toca, te dejo. Me voy. Ya te vi, de pronto intentas cruzarte en mi camino y logras llamar la atención,  tu estilo típico que aterriza entre canciones seductoras, te cruzas las aspiraciones, aficionados atractiva servidumbre, acentos reclamando lo mismo, encerrada en una esfera a punto de estallar y que no estalla, duda desamparar las lumbres. Tu identidad es la sombra, así permaneces, no sé si exista otro destino para ti, lo ignoro, no me importa. Ya aprendí, en algunas ocasiones vas de copiloto lo ...