Reflexión personal. Mientras el premio PACMYC

Reflexión personal (PACMYC)
Durante el 2015 envié una propuesta para concursar en el premio PACMYC, lo gané. Invité a tres conocidos/as y amigas. Al principio no comprendieron muy bien de qué se trataba, igual, me brindaron su confianza. La idea fue impartir talleres sobre escritura orgánica, y concluiría en la impresión de una revista al respecto  y con nuestros trabajos publicados. Se lee fácil pero crean, el 2016 me trajo el año más triste de mi vida. Ni siquiera puedo continuar mi redacción sin que me aborden las lágrimas. Recuerdo que en diciembre de 2015 fui a recibir el premio a Chihuahua, era día 11. Tomé el autobús de las 6am rumbo a la capital y llegué a eso de las 10am, justo a tiempo para iniciar el taller sobre el uso adecuado del premio. Mi sobrina iba conmigo. Las vacaciones de diciembre pasaban. De la capital nos fuimos a Creel, no sin antes recibir comentarios apocalípticos sobre la situación en la Sierra de Chihuahua - Ah por cierto, conozco a unas personas que regresaron ese premio porque no pudieron sacar adelante el proyecto, mejor no te arriesgues- - Uff  la sierra es un desastre, no vayas sola, mira, pasó esto, luego esto-. Con esos comentarios en mi cabeza dudé presentarle la tierra de mis antepasados a mi sobrina, sin embargo, tomamos el tren de las 6am, hacia Creel. Cuando llegamos a la estación de Creel dos jóvenes meneaban la mano diciendo -hotel Margaritas hotel Margaritas-. No dudé, nos subimos a la camioneta . Justo en ese momento el terror se apoderaron de mí. 
Es cierto que los datos duros (estadísticas) nos dicen que la mano de la desgracia nos atrapó en México y en el mundo, los malos gobernantes, la avaricia, codicia, la envidia, la confusión se puede filtrar en nuestras vidas fácilmente, si lo permitimos. Temerosa extremé precauciones durante la procesión a la Virgen; rezaba el día 12 de diciembre y el pueblo era una fiesta total, nada de infortunios, solo mucho frío, pinole en atole, coricos y queso. Mi sobrina recibió los pases gratis, cuando le dije al guía de turistas que nuestra bisabuela era rarámuri; tomamos algunas fotografías, convivimos con nuestros antepasados y nos dirigimos a mi tierra natal, Monclova. Ahí pasé el resto del mes de diciembre. Mientras convivía con mi mamá, trabajé en la estructura del proyecto Espiral de Lectura Yo Soy: Escritura Orgánica y algunos cuentos sobre las abuelas. Regresé a la frontera con la novedad de que mi novio empacaba mis cosas, me pidió dejar su casa. 
Así iniciaba el 2016. Nerviosa, apurada busqué un lugar donde acomodarme mientras se desocupaba mi casa que había rentado. Lo peor no había pasado, la tercer semana de enero me avisan que mi madre está hospitalizada; - se pondrá bien, ella es fuerte- Pensé. Acostumbrada a ver en mi mamá el auténtico poder femenino, no me asusté, hasta que pasadas las horas recibo la triste noticia, -mamá decidió partir- Dijo mi hermana menor. 
Desde entonces mi forma de ver la vida cambió por completo, me enteré del dolor otra vez, una fuerte depresión se apoderó de mí. Como pude, me levanté a  continuar la vida,  el proyecto PACMYC y otras actividades como el doctorado y el trabajo que me da para vivir. Impartí los primeros talleres, compartí a los estudiantes mi situación, encontré en ellos los rostros de la esperanza, el consuelo de que el mundo puede ser mejor si te lo propones. Enteré a los asesores del PACMYC local, sobre mi situación (Francisco Arce, Ana Laura Ramirez) y la posibilidad de no continuar y regresar el dinero del premio, solo recibí palabras de aliento, y asesoría sobre el reglamento, los procedimientos para la prórroga, lo cual agradezco de todo corazón. 
 Para presentar el primer reporte, recibo la noticia de que el aval no quiere continuar apoyando el proyecto; dice querer deslindarse de los contenidos y el uso de los recursos. Afortunadamente existe la opción de cambiar de aval en caso necesario, lo hice. 
Pasados los meses y una vez recuperada de la fuerte depresión decido hacer el proyecto PACMYC lo más comunitario y popular posible. Las páginas del proyecto las íbamos a llenar del trabajo de los que originalmente solicitamos el premio, pedí a Cassandra Adame, Oscar Hernandez, y Blanca Inés Cruz el envío de su material, nos quedaba suficiente espacio para publicar a los jóvenes que tomaron el taller. Decidí publicarlos en su mayoría. Saqué de mi bolsa para pagar un buen ilustrador (en realidad cobró poco, gracias), alguien que tecleara los trabajos, e invité a otros artistas y escritores/as a colaborar; respondieron entusiasmados. Ya casi para la recta final, mi depresión cesó, no así la tristeza por la pérdida de mi gurú, mi madre, tema del cual escribiré cuando me sienta preparada. 
Veo con claridad que el premio PACMYC es necesario y fundamental para el desarrollo de nuestras culturas populares. Desafortunadamente el presupuesto que se brinda es muy poco comparado con la gran necesidad de desarrollo artístico, intelectual que tenemos en nuestro país. Mi idea original era , lejos de la erudición, compartir la identidad artística y literaria de una pequeña zona de nuestra región fronteriza, lo logramos y con el tiempo el proyecto adquiere otros matices, usos, y probable extensión. 
En diciembre de 2015 planeaba los detalles para cumplir con el cronograma de actividades planteado en el proyecto, no sucedió como previsto, la primer etapa estuvo empañada de tristeza y voces  violentas que le piden a uno tirar la toalla anticipadamente. La segunda etapa apenas comienza, el 16 de noviembre a la 5:30pm se presenta el proyecto a la comunidad. 49 jóvenes estudiantes de secundaria y varios artistas, escritores locales, verán sus creaciones plasmadas en la impresión Espiral de Lectura Yo Soy: Escritura Orgánica. Contamos con un total de 2000 impresiones y si estás interesado en que vayamos a tu escuela  a presentar nuestro resultado, no dudes y contáctanos a yanethsotelo@hotmail.com Gracias.
Y aquí el enlace que narra los pormenores del premio PACMYC.  Les deseo suerte con sus propuestas futuras  intervenciones comunitarias. 

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