Cegada...
Cegada por la
misoginia, liberada por la teoría (bell hooks).
La rea.es define
cegar como el dicho de una luz repentina
e intensa. Turbar la razón ofuscar el entendimiento de alguien. Cuando la religión nos alumbra puede que nuble nuestro entendimiento de la realidad, al pensar que Dios es hombre y el Arcángel Miguel tiene la capacidad de matar la metafórica víbora que se forma al adentrarnos en el árbol de la ciencia.
Misoginia es
definida por aversión a las mujeres, no especifica si por parte de los hombres,
entonces, asumimos que dentro de nuestra identidad femenina se encuentra
profundamente arraigada la misoginia (identidad patriarcal) y ¿somos las mismas mujeres las detonantes del odio hacia otras mujeres?, ¿qué necesidad?. No hay tiempo para la guerra. Estados Unidos muestra una vez más que tan arraigada está la aversión hacia la mujer al elegir para presidente a un candidato como Trump y relegar a Hillary por varias razones, ser mujer, entre otras.
En
estos días he estado leyendo a bell hooks, y en su planteamiento de tomar la
teoría como una práctica liberadora y para la sanación nos insta a proponer la
teoría como una fuente inagotable en el diálogo. Mi pregunta es, ¿la teoría de
quién?. Históricamente los hombres han ocupado el espacio en el ejercicio
intelectual, académico y científico, históricamente el hombre blanco nos ha bombardeado
con sus “brillantes” conclusiones de cómo interpretar el mundo. Bell hooks dice
que somos los estudiosos las que debemos mover a la teoría y no al revés, cita a
la académica Chelo Sandoval cuyos
manuscritos no publicados han sido citados numerosamente, es decir, las ideas
que no siguieron un método para convertirse en teoría guardan validez por las
ideas mismas, porque han sabido liberar
a quien las escribe y el lector lo aprecia y lo sabe cuando lee.
La teoría no es
liberadora, sanadora y revolucionaria por herencia, está en nosotras emplearla
para ese propósito, como la psicoanalista Alice Miller que enfocó sus
esfuerzos y estudios a sobreponerse de las heridas y abusos de la infancia. En una nota personal debo admitir que entré
al doctorado para aprender teoría y ha resultado que los conocimientos
adquiridos entran a mi costado o a los sentidos y recorren mis sistemas
opresores para destrabar algunas conclusiones y finalmente terminar con la
ceguera que alumbra o desorienta. Aprender teoría para respaldar nuestros hallazgos
y rebatir la teoría que contradice los esfuerzos feministas por un mejor mundo.