Parte I: El viacrucis para publicar en revistas académicas en México

A pesar de los embates hacia mi cuerpo emocional e intelectual, sigo creyendo en la transparencia en todos los procesos. Recuerdo que en mi juventud leía las convocatorias para trabajar en el gobierno de México, y hasta llenaba la solicitud pensando que me iban a llamar. Pero nada. Después supe que en los puestos de gobierno todo está prearreglado. Decidí entonces gestar mi propia voz política, una voz de mujer, de mujer panochuda, de mujer cósmica. Sabía que me llevaría varios años y muchos desengaños; lo que no sabía era que, en ese camino, me convertiría en presa temporal de amarguras heredadas, frustraciones, envidias, y de los tejes y manejes que aparecen cuando redefinimos, articulamos y rearticulamos las realidades que habitan el cuerpo encantado de una mujer divina mexicana. Verán: quiero que sepan que siempre, siempre quise regresar a mi país y "hacerla", y hacerlo bien. Ya como profesionista y mujer sabia, pensé que mis conocimientos contribuirían a que nos pusiéramos las pilas, a crear conciencia sobre el clasismo, el racismo, la misoginia, y la guerra entre mujeres. Males que tienen muchas aristas, pero al menos yo, en mi mundo, pensaba que mi punto de vista cósmico sería suficiente. No se los digo, pero yo fui la primera en cargar esos pensamientos capacitistas, y por eso estudié 45 años de mi vida para perfeccionar mis articulaciones. Y es en este cuerpo femenino tan bonito que cargo que, ¿qué creen? Ya me di cuenta de que la perfección no existe. Y que si quiero publicar artículos académicos en México, debo, ante todo, conocer a las personas que están a cargo de mover los botones. Así es. ¿Se imaginan? Empecé por mi casa, allá en Coahuila (esa historia ni se las cuento, porque me da mucha, mucha pena). Luego con la UACJ… ¡olvídenlo! Lo he intentado tantas veces que mejor ya me fui hacia el centro del país. Y esta es mi experiencia más reciente: Como soy muy de seguir instrucciones —a veces al pie de la letra y otras al revés—, fui a la página de la UNAM, revistasunam.mx. Ahí tienen un espacio de publicación continua. Me registré. A mi correo de UTEP llegó un mensaje del honorable Dr. Ricardo Lino García, donde dice que ha recibido mi solicitud de cuenta de usuario, un requisito previo para enviar mi propuesta de publicación. En ese paso me quedé. He intentado registrarme varias veces, pero no queda. La próxima semana lo intentaré de nuevo. Ahí me quedé. No conozco al Dr. Ricardo Lino García, tampoco a nadie que trabaje en la UNAM que pudiera hacerme el favor de mencionarle que estoy buscando que mi artículo académico quede en esa revista. Así que debo esperar, como siempre

Popular posts from this blog

Miss Ana Martinez y su forma de exigir justicia

Pensamiento nómada