De noche busco a Elena

De noche canto, ta-ra-ri-tas "Me gustaría convertirme en lluvia para evitar la pena de llorar, Elena". Me siento fuera de lugar y escribir es lo único que atino, evoco los días pasados cuando recuerdo transitar en autobús a mi casa natal; recuerdo pasar por ahí infinidad de veces. La memoria vivía, pienso sorprender a mi sobrina con algún regalito navideño, es un cuaderno de raya y en la portada viene una Barbie que nunca tuve. Quiero iniciar el acorde del perverso y sufrido violín; qué peligroso es no encontrar en el tiempo el consuelo. Hace horas pensaba irme a Canadá, luego llegaron a mí la parvada de tres cruces en Las Cruces NM cuando circulaba con Cecilia Pego; platicamos ensordecidas sin materia. –He soñado el águila, me quiero ir a Alberta Canadá a estudiar. -Estás buscando el pico más alto para renacer Apenas terminó de decirme cuando mi auto se detuvo en la esquina, frente a la catedral; tres grandes cruces me encerraban el destino. –Yo no quiero sufrir ni reinventarme, quiero callar, mudarme Anoche salí a un restaurante en Buenos Aires; mi adorado amigo tiene a bien invitarme a su ciudad, quise salir corriendo del festín, mi estómago no puede más. Estoy acostada escribiendo, aburrida. Es horrible sentirse en el vientre de la serpiente sin luz dentro, tampoco oscuridad. Quiero mover mis ojos al pasado y no logro sentar los acuerdos. Mis motivos se han marchado; quiero llorar, gritar, pero no puedo; quiero explotar pero es imposible, lxs muertxs ya explotaron, son gusanos, polvo; el deber me impide. Estoy lejos de casa, ˘¿cuál casa? Me siento fuera. Antenoche soñé que me encontraba con Isabel Allende, la abrazaba hasta el llanto. Lo raro es que ella llevaba el rostro de Elena Garro, rubia. Hace unas horas fui al mercado, no siento la Navidad, tampoco la odio. Quiero pedir fervientemente que se me conceda alguna petición, en realidad no quiero nada ¿Es una transición? No lo sé. He dejado ir, finalmente, he dejado ir , ¿qué dejé ir? Lo que sea, eso a lo que estaba apegada, ¿cómo dejar ir si jamás se han tenido? Que venga lo que venga, hay problemas serios dentro de mí. Me deprime el hecho de no ser libre, ¿lo soy? Claro, ellas no lo son, las libero. Convierto en presa lo que veo y casi todo lo quiero traducir a palabras, no hay organismo en la palabra, es mecánica, muerta. No se puede. Quiero irme a Monclova, será hasta dentro de 10 días. Mi cabeza va a estallar. Aquí no hay salida. Reclama, cabeza, reclama. No responde. La vida es muy muy larga, quién dice que es corta. No quiero concebir, no quiero. Limpio entre mis sueños los recuerdos emporcados. Evocar no se da. ¿He enloquecido? Bueno fuera, enloquecer sería sexy, ¿quién me manda leer a Sade de jilón? Pinches locos de Poe, y Lovecraft y su terror cósmico enjundioso. ¿He enloquecido? Lo dudo, si estuviera loca no lo supiera, la pregunta es clara señal de negación. Ayer le recé a San Francisco de Zales, le llevé flores blancas; entre mis sueños mi otra mitad me era devuelta. Ayer creí, tuve fe. Ahora dudo. Necesito armar los nudos, pero ¿para qué? Para que mis deseos sean concedidos, qué espanto, deseo, amarro, suelto, ¡basta¡ Soy maga, soy consentida, soy. Es horrible sentir el vacío; anoche soñé que hurtaban mi mochila gris. El Facebook no es conveniente porque el robo energético está a la orden del día, jajaja, ¡qué pendejada pensar que te roban¡, ¿a quién le importa? Quiero comer, recién comí. No me interesa conocer las depresiones. Estoy atrapada en la madeja de mis inventivas; mis creaciones vivieron, yo ya no soy quien era, ¿quién era?. Quiero volver a mí. Joder. Qué asco de brujas y brujerías, las monas están en la vitrina, esa tal Rosa Blanca las encerró, soñé que una me mordía; las personas son predecibles, aburridas. Mientras las letras transcurren lo que se fue vuelve a mí; ¿qué se fue? Mi voluntad, mi historia, mi vida, mi exitoso y suertudo destino vuelve. Ya no quiero festejar, no quiero tomar vino. Mi sangre es bendita. La pureza, mi pureza, la pureza de todos. S llama, es delgada extremadamente delgada, anoche platiqué con ella, le entregaba mi alma y atención; ella no lo notó. Ella debe vivir, ella merece vivir. MERECERMOS SER LIBRES, VIVIR FELICES Las amo. Yo también. Pero ahora comprendo esa desesperación por entrar, regresar al alma, ¡ay ansiedad, ay dueles en el pecho! Estar fuera es espantoso, lo peor. Estar fuera es anhelar, desear, sacrificarse sufrir, estar fuera es terrorífico, es buscar, ¿buscar qué? Las cosas ya están encontradas. Mandé peces, corazones y besos a la fotografía de Elena Poniatowska; la puso Paula Haro en su muro. ¡Ay los muros! Sáquenme de los muros, ya no los quiero, los borro; ay ya no quiero muros en mi vida, ni el de Sartre. Me llama la solitud, me llama poderosamente la atención. Me nombra a cobijarme en el manto de las vistas propias y ajenas. Ay cómo te añoro y entre más te evoco menos te encuentro. Solitud, sola, sola. Díctame el presente frente a estos cuadros muertos saturados de ansiedades. No ansía, sí ansía, a quién le importa los acentos y encías. Déjame sombra, aparta tu delgada capa. Duerme, reposa ánima del purgatorio, sombra bendita, eres cruel despiadada, te sulfuras, te sofocas, me has envuelto en 10 kilos, pesados kilos, ¿quieres más? Se te acabo tu veinte, sombra, eres pesada. Quien te haya definido ligera e inofensiva, se equivocó. No te metas con los colombianos, has descubierto el enredo del realismo mágico; así déjalo por ahora. Deja que los golpes los intercalen los apestados. –El realismo mágico fue gestado en México, Elena Garro, Juan Rulfo- Solo los pendejos escriben realismo mágico, yo no. Ah. A mí llega la memoria de La Gomez Morin en Ciudad Juárez, a mi llegan los sueños preciosos, sin juicios ni alteraciones. El piso #9 y el elefante enfrente se ha esfumado. Me lleno de amor, de bendiciones, de felicidad, salud, éxito, fe, magia, digo que de eso me lleno. Aprovecha el vacío, es momento de abrir los ojos del corazón gozar la eternidad de la memoria. Las pesadillas son reales, no, no existen, la realidad no existe, la ficción sí, auto ficción eso soy. Eso somos. Vamos a ganarle a la realidad, vamos a limpiarle la sangre, vamos a tejer desde el canto de las aves de Ciudad Juárez, vamos Mana, levántate, abre los ojos, vamos a aprender a leer el canto de las que vuelan, todavía cantan a pesar de lo que han visto. Te amo mi otra mitad, te amo y soy una contigo. Ya no voy dividida. Ya. Vamos Elena, vamos Mana, toma nuestra mano, danos tus manos cuando estén viejas, cuando ya se hayan cansado y tengan que ser las alas que necesitamos

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