¿Para qué retirarse de la sátira, el sarcasmo y figuras afines? Para que no te devore

Recién terminé la escritura de un cuento renegrido. El ejercicio creativo me sirvió para lo siguiente:
Mi personaje principal le dio rienda suelta a ciertas frustraciones que circulan en nuestro colectivo. ¿Me incluyo en las frustraciones? Claro, soy humana y pertenezco a esta madeja de ideas opuestas a lo que presumiblemente me identifica. ¿El personaje soy yo? Jajaj, me encantaría tener las omni capacidades de mi personaje pero no, no las tengo. Soy una mujer soltera, estudiante de un doctorado, aspirante a escritora, con varias auto publicaciones que me han servido para dar rienda suelta a mi imaginación, sin la restricción de los pre determinados tonos y timbres, estilos directos, indirectos, narradores, narratarios, autores/as implícitas/as, técnicas y artificios ya desgastados por el tiempo. El propósito mío fue encontrar una voz propia, estilo, no fue fácil, ¿Lo logré? Usted diga. Yo digo que sí.
Estaba harta de la realidad como para someterme a la retórica del tiempo malo, la voz violenta. Lo primero que hice fue retirarme del cinismo, de los hombres. Las mujeres, fieles representantes de la envidia, se retiraron solas a juntarse unas con otras !Vaya pérdida de tiempo!.
Necesitaba creer, soñar y crear. No podía darme el lujo de renunciar a la vida por más cruel que se presentara, diseñarla, visualizarla a través de la sátira no era la vía. El sarcasmo lo aprendí naturalmente, la mujer chihuahuense lo maneja a pie juntillas, mi madre lo era. A veces me preguntaba, qué se escondía tras esa risa gruesa, la respuesta que me la dio el tiempo, se escondía el sufrimiento. Las mujeres hemos sufrido y ya estuvo bueno de enseñar a sufrir. La madre simbólica que aspiro a ser para ti dice que por alguna poderosa razón los Tarahumaras no comprenden la caricatura, es invento europeo. Los rarámuris tienen por escuela la risa, al igual los lamas, pero es una sonrisa secreta, viene del lugar DISTINTO, parece que se burlan pero no, no ese buli al que estamos acostumbrados en el infierno ese que, probablemente no has descubierto "pure land" como le dicen los budistas,  lo tienes, neta que sí existe. Ejemplo: cuando piensas bien. Cuando idealizas, trabajas, y ves el resultado en el mismo ideal en diferentes personas. Cuando amas incondicionalmente. Cuando comprendes que no eres el centro del universo.
Lo segundo que hice fue escribir, confiar en mis capacidades, desarrollar el estima es tarea individual, lo llevé a cabo, escribir autobiografía, auto etnografía, escritura orgánica. Catalógalo al gusto.
Lo tercero que hice fue acercarme  a los hombres, los amo, en especial cuando comparten su inteligencia y reconocen que al mundo se lo está llevando el carajo y necesitamos contar la historias de otra forma.
Las mujeres envidiosas poco a poco volvieron atraídas por la inversa proporcional que las retiró, el buen ojo. Nos necesitamos unas a otras.

En una reciente entrevista le pregunta Pilar Reyes a los tres últimos pistoleros: Vargas Llosa, Javier Marías y Perez-Reverte (http://www.xlsemanal.com/personajes/20170521/perez-reverte-vargas-llosa-javier-marias-los-ultimos-pistoleros.html)
Pérez-Reverte. Mirad, cuando salió Falcó, mi novela, que ya sabéis que es un espía torturador, asesino, sin escrúpulos…, una periodista me dijo: «Oiga, pero este personaje es que no respeta el no de una mujer». Fíjate: lo que le llamaba la atención de un torturador y un asesino es que no respete el no de una mujer. Es un síntoma significativo de lo que viene.
Marías. Bueno, y ya si es un narrador en primera persona, como en mis novelas. «Es que usted dice…». Oiga, que yo no digo nada, lo dice el narrador que es tan personaje como los demás. Y se quedan así, como diciendo: «Ya, pero lo ha escrito usted…».
Pérez-Reverte. Lo cargan todo a tu cuenta personal. Te hacen responsable de lo que piensa cada uno de ellos.
Pilar Reyes. ¿Y les ha pasado de gente que se acerque y les cuente historias de vida para que ustedes las escriban?
Marías. Sí, sí. A esos les digo: «Bueno, ¡pero escríbala usted!» [se ríe].
Pérez-Reverte. Escribí un artículo sobre eso, ¿te acuerdas, Javier? De una vez que me vino uno que me dijo: «Ah, don Arturo tal y tal. Pues es que yo quiero escribir una novela». «¿Sobre qué?», le pregunté. «Ah, no sé, quiero escribir una novela» [empiezan a reírse]. Y le dije: «¿Y por qué no compone usted una canción?». «No, no, una canción es muy difícil» [se ríen más]. En fin…
Marías. ¡Con lo difícil que es escribir una novela
Al final reflexioné que el género renegrido (más allá del negro está la luz), es terapéutico y tontos aquellos que crean que la escritora/a es su personaje. Jajaja, la sátira termina comiendo a la "pensadora".

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