Expectante del teatro alternativo en Buenos Aires:


Real el formato; llegar al restaurante a espaldas de la sala, huele a frito, queso, vino y pan integral. La decoración de los 90's sigue intacta. Muñecas en las repisas y el foro. Luego las notas del periódico que escriben sobre las obras y desde las obras que ahí se presentan, los recortes pegados en el bulletin board, son testigos hablantes de que el teatro es una actividad artística que aquí gusta, y mucho. Las butacas ocupadas, todas. El escenario no requiere de los grandes presupuestos pero sí de mentes y corazones amantes de la actuación, la escenografía, el guión teatral. En la obra Impalpable de Manuel Puig; mujeres sueñan sus propias máscaras y el espectador se come las palabras, tiene los hechos frente, a ojo.
Quiero ir al teatro en Buenos Aires pero no me interesa el de Broadway porque es como ir a ver una película multipresupuestada de Hollywood que infunde frustración a quienes no logran colarse hasta allá. ¿Para qué?.
Seguiré recorriendo la noche en Buenos Aires, el teatro, luego las cantinas de manteles perla salpicados de morado; testigos de platillos que jugosos al paladar entretiene, veré el grafiti de musas y musos. Ah, el tango impreso en la banqueta y el caminar. Caminar en el Sur junto al Río de la Plata es suficiente.
Soy expectante del teatro alternativo argentino; lo soy.


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