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Quinto mensaje.

Tenías trece años cuando el maestro de tu clase de Español impartía la lección, gerundio y participio, asomabas la mirada inquieta, suplicabas su atención y rebasaste los límites hasta conseguirlo, escupiste en el cabello largo de la rubia que tenías en la banca enfrente, invitaste a tu prima a materializar la travesura en dualidad.Ella iba vestida de amarillo, te recordaba aquel sueño constante de caída de dientes y la niña que sabía de memoria el poema Payaso. Carcajeaste mientras el profesor se esforzaba por darte a entender que el presente perfecto del indicativo necesita del verbo auxiliar haber. No has superado la experiencia de haber pasado al pizarrón, has escrito la respuesta equivocada, has pronunciado mal el apellido del maestro, le has otorgado diferentes nombres a tus compañeros de escuela, no sabes de dónde vienen esas voces que te obligan a cambiar nombres e historias, has predicho la entrada de pájaros amarillos al salón de clase, adivinar es más divertido que poner ate

Mis manuscritos como impostores, general el....

¡Anoche soñé que recuperaba mi pareo, mi joya y mis zapatos de tacón negros! Los había dejado entre los renglones torcidos del cinismo, el chiste y la mofa. Lo más impresionante es que mi segunda y peor realidad paralela se empeña en ocupar el espacio que no le corresponde.

Lo más importante de todo es liberar

Así es

Elena Garro, amor

Si no quieres que te pase lo que a Elena Garro es mejor que vayas sola por el mundo, sola, pero digo sola, y tu imaginación, y una que otra vocecilla que se cuele a las novelas políticas San Miguel Arcángel bendiga a Elena y nosotras que nos ayude a llevarnos bien una a otras San Miguel Arcángel patriarcal sigue tu camino, a mí déjame a Elena. Mi Elena, Elena Garro

Dejar ir

Deja ir Tus ideas sobre éxito La competencia #SíComoNo

Pura mamadas

Es cierto que una opinión gana considerablemente en cuanto sé que alguien está convencido (a) de ella; gana veracidad. Novalis,"Das allgemeine Brouillon" (1798-1799).

Gato negro

Cruzó apurado, antes lo nombré en varias ocasiones solo para burlarme de una tipa supersticiosa que cree que los gatos negros son de mala suerte. ¡Pobres gatos! Conduje al auto en dirección a El Paso, antes de llegar a la joroba, el gato, movió su larga cola como de rayo. Congelé el pensamiento, ni buena ni mala señal. Al llegar a casa, saqué a mi perrita a pasear, se soltó de la cuerda, corrió apresurada, buscaba gatos. Un joven negro la seguía -Aura, Aura, regresa-. -Gracias-. Le respondí. -Good luck to you-. Se fue, cruzó apresurado rumbo al Double Tree. FIN