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Expectante del teatro alternativo en Buenos Aires:

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Real el formato; llegar al restaurante a espaldas de la sala, huele a frito, queso, vino y pan integral. La decoración de los 90's sigue intacta. Muñecas en las repisas y el foro. Luego las notas del periódico que escriben sobre las obras y desde las obras que ahí se presentan, los recortes pegados en el bulletin board, son testigos hablantes de que el teatro es una actividad artística que aquí gusta, y mucho. Las butacas ocupadas, todas. El escenario no requiere de los grandes presupuestos pero sí de mentes y corazones amantes de la actuación, la escenografía, el guión teatral. En la obra Impalpable de Manuel Puig; mujeres sueñan sus propias máscaras y el espectador se come las palabras, tiene los hechos frente, a ojo. Quiero ir al teatro en Buenos Aires pero no me interesa el de Broadway porque es como ir a ver una película multipresupuestada de Hollywood que infunde frustración a quienes no logran colarse hasta allá. ¿Para qué?. Seguiré recorriendo la noche en Buenos Ai

El batir de las alas.

No me puedo quitar de la mente la propuesta que me hizo hace años; hubiéramos sido felices o al menos más decentes que ahora, nada hubiera muerto. Las morales que me enseñó la abuela Huerta no dejaron linea en mí. Ustedes dirán. Quedamos de no vernos, lo juro. Hace años nos dimos el beso brujo y la despedida. Nos conocimos un 31 de octubre. Al siguiente día el sol no se asomó, a lugar, las nubes nos arropaban cargadas de rayos densos, oscuros. Íbamos manejado rumbo a Ruidoso, las voces peligraban. Decidí callar. Decidí escuchar el barullo de nuestra mente. Él explicó cómo el peso lo atrapó sin remedio y la decisión de comer menos carne lo había puesto dentro de sus ropas otra vez.  Vamos muertos por la vida, qué importa el peso.  Pensé. Él continuaba sus narrativas pasadas mientras yo evoco el sufrir. Recién un par de delincuentes habían acertado los tiros al robar mi Jeep que con tanto sacrificio decentemente adquirí. Esa noche los desgraciados removieron la paz de mi corazó

Mis pies rarámuris

A mi bisabuelas rarámuris, Cleofas y Cirila.

Mis pies rarámuris.

Diario azul.

La dejé de ver hace algunos años, éramos amigas y de pronto las trampas nos separaron. No sé por dónde iniciar, tal vez el arraque se dio por ahí en mis años primarios, o no, probablemente en vidas pasadas. Ya ves que algunos aseguran que eso existe. Yo creía en la reencarnación pero poco a poco me sonó   a fábula o historieta desquiciada. Ayer vino a mí una mujer extraña. Necesitaba mi consejo porque recién terminó de escribir su novela. La autora trazó en la hoja de papel la gráfica del tiempo, desfragmentó la narrativa, la rompió a la razón porque predecía que mi meticulosa mente no iba a entender sus frases al revés, sus experiencias oníricas, y la sintaxis del texto. Ella temblaba de emoción tal madre recién parida, o una niña pulcra. Vestía color blanco, deportiva, de cabello corto rizado. Su tesoro estaba en el programa de la computadora. Habló extensos minutos y al estirarme, la vi, sí, vi a mi amiga que dejé de ver hace años. La vi de reojo pasar por los cristale

La espesura del silencio y el vino

Puedo ir a revés para vivir en la realidad fugada debí entrar en ella, luego escapar entre las letras, las hice trizas porque así mi corazón conectado al de hombre. luego, escribiré un cruel cuento como ÉL (el macho cabrío o progre) me enseñó pero al hacerlo continuaría en el círculo vicioso del blog, luego del fb, luego del blog, luego del fb, luego del blog, luego del fbluego del fb, luego del blog, luego del fb, luego del blog, luego del fb luego del fb, l luego, luego del fb, luego del blog, luego del fb luego del fb, luego del blog, luego del fb, luego del blog, luego del fb luego del fb, luego del blog, luego del fb, luego del blog, luego del fb luego del fb, luego del blog, luego luego del fb, luego del blog, luego del fb Discurso robusto, rostro a reventar Luego, el vino tinto sabía horrible al igual que el silencio, ahí en los espacios, cuando callé, cuando no dije su nombre por guardar decoro, o por flojera, ahí, el grosor fue peor. El vino es la peor bebida del mun

¿Para qué retirarse de la sátira, el sarcasmo y figuras afines? Para que no te devore

Recién terminé la escritura de un cuento renegrido. El ejercicio creativo me sirvió para lo siguiente: Mi personaje principal le dio rienda suelta a ciertas frustraciones que circulan en nuestro colectivo. ¿Me incluyo en las frustraciones? Claro, soy humana y pertenezco a esta madeja de ideas opuestas a lo que presumiblemente me identifica. ¿El personaje soy yo? Jajaj, me encantaría tener las omni capacidades de mi personaje pero no, no las tengo. Soy una mujer soltera, estudiante de un doctorado, aspirante a escritora, con varias auto publicaciones que me han servido para dar rienda suelta a mi imaginación, sin la restricción de los pre determinados tonos y timbres, estilos directos, indirectos, narradores, narratarios, autores/as implícitas/as, técnicas y artificios ya desgastados por el tiempo. El propósito mío fue encontrar una voz propia, estilo, no fue fácil, ¿Lo logré? Usted diga. Yo digo que sí. Estaba harta de la realidad como para someterme a la retórica del tiempo malo, la