Amorar en el desierto, Eloisa Arenas

Escrito sobre mi presentacion del libro Amorar en el desierto de la poeta y activista, Eloisa Arenas, la presentacion fue el viernes 10 de noviembre del 2023: Nos encontrábamos, invariablemente, en las protestas feministas entre 2017 y 2020. Allí, en ese crisol de resistencia, el cosmos de nuestro pensamiento se entrelaza, sigue la espiral del tiempo. En Ciudad Juárez, mujeres de diversas generaciones, todas escritoras, convergimos. En nuestras conversaciones, la guerra contra las mujeres y entre ellas emergía como tema central. En nuestro feminismo radical, en mi feminismo cósmico, nos comprometíamos a ir a la raíz - a través del análisis de la palabra, sus significados, sus percepciones - para exiliar con delicadeza y descuido tanto las palabras como los cuerpos del patriarcado. Desde este exilio, continuamos comunicándonos, no solo a través de los medios sensoriales conocidos y sus redes virtuales, sino también de aquellos aún por descubrir. Los sueños nos tejían, abriendo portales y umbrales en Nepantla, donde nos esperaba la consulta, el material clínico. En esta espiral, comprendí que los códigos entre las mujeres cambiaron. Ellas pensaron distinto y entre destruir, desaparecer a las mujeres que le antecedieron, Eloisa Arenas, decide amorar en sus palabras. Amorar en el desierto Para Susana Alvarez (...) Algo pasa con la luz. Contigo y conmigo. Con la amplitud. Supongo que tiene una explicación científica, pero la desconozco. Me refiero a los atardeceres, no me interesa lo que diga la ciencia sobre nosotras. Sólo sé que la amplitud del cielo, por la planicie del desiert hace que los contrastes de luz al atardecer sean extraordinarios(...) Dice el poema Nos encontramos y nos reconocimos en todas las rabias, frustraciones, desventajas. La vulnerabilidad se transformó en una fuerza, ya no éramos más víctimas de la maquinaria lesbofóbica ni de la broma cósmica. Fuimos a la raíz de esa burla mordaz, encontramos su origen en un fósil, en una piedra que aún sonríe. Y con ternura radical, decidimos recodificar su dolor a través de la palabra. Amorar se convierte en actos varios, en la obra de Eloisa Arenas. Nos vimos reflejadas en las piedras de Creel, en los glifos de Samalayuca, donde gigantes de tiempos antiguos nos susurraban a transformar los destinos, a leer las huellas con miradas nuevas, a encontrar otras formas de ser humanas y libres (...) Nieta de la piedra más antigua de mi boca salen flores de mis manos letras de la tuya brota música de tus manos colores un tiempo misterioso nos une pero no hay odio que todo lo pueda y yo decido por amor desobedecer (...) Amorar en Ciudad Juárez, en la frontera, es ahora un acto distinto. En la obra de Eloisa, no hay ocultamientos, no hay temor al amor erótico entre las mujeres. Se despliega como un vasto paisaje de emociones y experiencias, capturando el amor propio y la resistencia. Sus poemas son la sensibilidad profunda hacia la experiencia de amar siendo mujer y lesbiana, una temática que encuentra ecos en las obras de otras poetas. Por ejemplo, el poema "Amor Propio de los Límites" de Arenas recuerda a los versos de Adrienne Rich en su capacidad para explorar la complejidad del amor y la identidad femenina. La manera en que Arenas describe ver a su amada en los rostros de otras mujeres, y cómo este amor se transforma y sobrevive a pesar de la distancia y el cambio, el amor como un acto de resistencia y autoafirmación. Además, la descripción sensorial del amor físico en sus poemas me recuerda a la visceralidad de Audre Lorde, cuya poesía también explora la intersección de la identidad sexual y política. Arenas, al igual que Lorde, no se retrae al momento de expresar la pasión y el deseo en su forma más cruda y auténtica. La obra de Arenas también se asemeja a la poesía de Gloria E. Anzaldúa en su capacidad para entrelazar el lenguaje, la cultura y la identidad. Al igual que Anzaldúa, Arenas utiliza su escritura para navegar y desafiar las fronteras impuestas, creando un espacio donde la identidad lésbica puede florecer libre de estigmatización. "Amorar en el Desierto" es una obra poderosa que no solo celebra el amor entre mujeres, sino que también lo posiciona como un acto de valentía y afirmación en un mundo a menudo hostil. La poesía de Arenas, con su profundidad emocional y su agudo sentido de la justicia social, es un testimonio vital de la experiencia lésbica y feminista, ofreciendo una voz resonante y necesaria en el panorama literario contemporáneo. El libro respira a través del dulce aliento. Arenas nos conduce por un viaje emocional y político, anclado en la realidad de Ciudad Juárez, un lugar que a pesar de estar marcado por la lesbofobia y la violencia, se convierte en un espacio de amor. La obra comienza resaltando el poder del activismo feminista como un terreno fértil para el amor. La narrativa es una reflexión. Su poesía se convierte en un acto de curación, un medio para enfrentar y transformar la violencia en algo revolucionario. Esta transformación recuerda a la obra de Susana Chávez Castillo, cuyos versos "durmiente del desierto / tu flecha silencio / no me atraviesa" resuenan tal eco de desafío y supervivencia en las páginas de Arenas. "Amorar en el Desierto" es un homenaje a mujeres como Isabel Cabanillas de la Torre, cuya memoria y espíritu persisten en cada línea. Hace eco de Adrienne Rich, especialmente en su habilidad para fusionar lo personal con lo político. La obra de Rich, que desafió las normativas sociales y literarias sobre el amor entre mujeres, encuentra un diálogo intertextual con la de Arenas, en la manera en que ambas abordan la intersección entre el amor y la resistencia. Hay un poema en particular que me gustaría conversar con ustedes, "Mi madre tiene los ojos muy extraños" para Damiana Arenas es visión única y compleja de la figura materna, diferenciándose notablemente de los poemas tradicionales escritos a la madre. A diferencia de las obras clásicas que tienden a idealizar la figura materna, este poema presenta una imagen más enigmática y multidimensional. En el contexto del feminismo latinoamericano, donde la figura materna a menudo se idealiza y se asocia con la abnegación y el sacrificio, este poema se distancia al presentar a la madre como un ser poderoso. La elección de animales como la tortuga y la culebra para describir los ojos de la madre no solo infunde un sentido de sabiduría y profundidad, sino que también vincula a la madre con lo primordial. Esta representación desafía las normas patriarcales que buscan confinar a la mujer en roles domésticos y pasivos, ofreciendo una visión de la maternidad cargada de complejidad. El contraste con los poemas tradicionales a la madre es notable. Mientras que figuras como Rosalía de Castro o Gabriela Mistral presentan una imagen maternal centrada en la ternura y el cuidado, Arenas se enfoca en la naturaleza misteriosa y casi mítica de la madre. Esto sugiere una reevaluación de la maternidad, vista no solo como una fuente de amor y protección, sino también como un pozo de sabiduría ancestral y fuerza mística. Además, la relación entre la madre y la hija, simbolizada por la "araña divina", representa un entrelazado de vidas y experiencias, destacando un proceso dinámico de creación y recreación. Esta metáfora refuerza la idea de una relación simbiótica, donde ambas figuras participan activamente en la conformación de sus destinos. Este enfoque destaca la agencia y la capacidad de transformación, elementos fundamentales en la crítica feminista. Otro poema es “A mi tia Zahide” Helene Ciousx diría que esta experiencia corporal femenina desafía las estructuras lingüísticas, la figura central de la tia a pesar de las adversidades se apropia de su cuerpo de su enfermedad. La descripción de sus adornos y acciones, como vestirse con medallas de oro y aretes, o amueblar la casa, sugiere una reafirmación de su identidad y autonomía. La enfermedad (cáncer) y su impacto en el cuerpo (pérdida de un pezón) podrían interpretarse como una metáfora de la lucha contra las normas opresivas. La relación con el cáncer no es una derrota, sino como una reconfiguración de la identidad . El acto de mamar de un pezón sin leche, entre risas, podría verse como un rechazo a las expectativas tradicionales de la maternidad y la sexualidad femenina. La transformación de la tía Zahidé hacia el final del poema, donde se describe con uñas de bruja y defecando sapos, es una reivindicación del poder y la sabiduría femenina, elementos a menudo asociados con lo marginal o lo sobrenatural en la cultura patriarcal. En conjunto, yo veo la poesía de Eloisa Arenas como el triunfo de las mujeres. Nosotras las que tanto hemos amado. Cita del pesonaje central de mi novela La Exita: "El anhelo de amor es intrínsecamente humana. Buscamos dar y recibir amor, una manifestación genuina de nuestra humanidad. Al reconocer y expresar el dolor del rechazo, llorar y canalizar estas emociones a través de la rica herencia de mis ancestrass, me afirmo en mi humanidad. A pesar de las opiniones populares o de gente exitosa que sugieren que esta necesidad de amor me hace menos, yo sostengo lo contrario. Esta capacidad de amar y ser amado no es una debilidad, sino una fortaleza que nos hace la vida mas ligera, distinguiéndonos de un existencialismo superficial, la manipulación y la frivolidad. Además, mi humanidad se nutre de la interacción: el anhelo de ser leída, de leer a otras, y de escuchar interpretaciones de mis palabras y pensamientos. Tras siglos de escribir bajo diversas circunstancias, busco ahora una recompensa en la actualidad: aspirar al éxito, liberarme de las cadenas del fracaso y la frustración. En esta búsqueda, no sólo sigo la validación externa, sino también un reconocimiento interno de mi valor y contribución al mundo literario y humana. Si me lees me amas, no importa que percibas pestes de mis palabras, esas palabras regresan a ti, sin remedio. Si me espantas cuando me lees, yo no estare ahi. Solo estare si me invitas a quedarme a susurrate mi intencion de amorar" (fragmento de La Exita).

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