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Pobre tonta: texto para amantes

Un fracaso no es tal si se logra transformar la definición de éxito. Así es, ¿por qué hablo de éxito ? Buena pregunta, a lo largo de este texto encontrarás aberraciones, digo, contradicciones. Escribir me ha funcionado para deshacerme de las tarántulas que traje metidas en las uñas durante varios siglos, descubrí que la escritura entretiene al dolor y es justo en este espacio que arrojo, con éxito, la más reciente sufridera.  Asistencia Los dos habíamos sufrido pérdidas irreparables, lo supe cuando nos sentamos a las afueras del café La Nueva Central. Durante la cena él me miraba el vestido yo veía sus frases directas a articular lo que se asume es el éxito en una mujer – He estado viajando a la Ciudad de México, va mi asistente conmigo, se acaba de doctorar, también se embarazó-. Al principio no comprendí el comentario, ¿a mí que me importaba su asistente?. Más tarde entendí, presumía su hombría, ella era otra de sus amantes y yo tendría que terminar mi doctorado, luego embar

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When you see me in your dreams, please, send me an email to yanethsotelo@hotmail.com Kind and love.

Impermanencia

Leer, pensar, escribir y conversar son las pasiones de Ester la protagonista de la novela Apropiación indebida de Lena Andersson, suena a la mejor de las propuestas para las mujeres que nos hemos aferrado a la escritura hasta hacer las veces de amante, Rosario Castellanos dice “Las palabras poéticas constituyen el único modo de alcanzar lo permanente en este mundo” y cuando el amor nos ha mostrado el rostro violento, la fealdad de su alma, no queda de otra que atar cuidadosamente nudos y tejer a la velocidad del viento en la creación literaria para destrabar lo que acosa el alma. Tal vez es imposible que las letras ocupen el espacio de un amor, una persona, pero no, en el terreno de la cruel impermanencia algo debe quedar quieto, el riesgo es cuando la ficción amenaza con marcharse al igual que los amantes que después de un apasionado encuentro deben separarse para interactuar en otros mundos de mentira y problema, para luego volverse a reunir   alentarse   enamorados y congelar la

Al papa en Ciudad Juárez

Salmos 146  No confiés en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.   Yo no soy católica pero en uno de esos viajes a mi interior y a Buenos Aires Argentina, supe de tajo que no me podía ir de esta vida sin darme la oportunidad de vivir parte de mi identidad mexicana.   Varias semanas soñé a mis antepasadas encender veladoras a los santos, San Judas Tadeo era el favorito, ellas prendían velas se arrodillaban y pedían por toda la tribu menos por ellas mismas. Al momento del pronunciamiento yo veía como la pared y el cuarto dedicado se iba iluminando poco a poco. Recuerdo que era diciembre y en Palermo Hollywood Buenos Aires, a tres cuadras de la casa de mi ex suegra hay una iglesia católica, entré y cuál fue mi sorpresa al ver que a mi lado derecho estaba una estatuilla de San Francisco de Sales, el patrón de los escritores y periodistas, entonces,   agradecida por las r

A Helena Paz Garro y su Luis, el pintor de brocha gorda

Amanece alborotada predecía líricas sin ecos falda vuelcos blancos. Futuros parisinos, pasados mexicanos, presentes rotos, cenizas. Pinta Luis tu miedo Tú lo veías ángel, guerrero  ¿qué angustia aprisionaba? Tus tobillos arrullan el recuerdo. Luis abría los botes de color, las serpientes rojas soplan, no eran espejismo, la tragedia fue real. La espesura de la brocha, quisquillosa abotona el capítulo perdido de tu historia, Helena. Tarde rebelde, anécdotas idénticas, buscan a Luis en el espíritu de la cal, protégenos de los perversos. Noche aroma a hombre, pareces eterna, ¡ya amanece!, entréganos la brocha gorda y la pintura.

Del recuerdo

Viene, se va, regresa Habla, come Era el sol, ella, la mujer ¿A dónde se fue? Libre, acompaña, quédate en el cuadro fue perfecto verte en la pausa evocar la caída del sol Imagino que existes y recostada en la arena tus extremidades expulsan tentáculos Vienes, llegas, recuerdas Te quedas y me abrazas.

Hombre Serpiente

Después de enterrar su colmillo en mi pulgar izquierdo y pasados los meses, ella no se conformó, regresó a picar mi ambigüedad, enterraba su otro colmillo en mi mano izquierda; previo juego ella se enredaba en mi cuello y adentros. Supe hacia dónde iba pero no la entré, hacerlo, aventaría por la borda su crecimiento. Después de la picadura, fui corriendo a mi tienda de la infancia, con Doña Chelo; vio mi mano inflamada a punto de reventar por el veneno. Desperté conmocionada, di tres golpecitos a mi mano, - sana y transforma- le dije. Supe de tajo que el antídoto para el veneno de la serpientes se encuentra en su propio veneno, entonces, asumí que la/el enemigo/a algún día fue amigo/a, pero ¿cuándo?.  Cuando al anochecer eso volvió. Llegaba vestida de hombre con chaleco negro y toda la cosa, elegante a más no poder. Volteaba el cuerpo, sugería que le acariciara como solía hacerlo con mi gata. -Ay, ¿ahora qué? Estás loco, yo no te haré cosquillas, ¿si has oído aquello de ...si de por si