Fragmento, Atrapada de Inés Arredondo

...Tonterías, nadie debe depender de nadie. Y a desbrozarte, a ser en pureza y plenitud, nadie debe ayudarte ni con la mirada, pues esa simple atención desviaría tu autenticidad. Uno no se puede formar más que en soledad, como los edificios, cada uno completo, autosuficiente, expresando su peculiaridad sin tapujos, no en complicidad sino solamente en armonía con el aire circundante. ¿No hablas de la no resistencia al mal de la bondad que actúa secretamente sobre los contrarios? Eso no se puede hacer en compañía. Asumir el mal, masticarlo, como decías, debemos hacerlo todos, pero cada quien con sus propios dientes...

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